Todos en algún momento sentimos esa necesidad de que reconozcan nuestras acciones y de percibir ese apoyo que nos da más fuerzas para superarnos y seguir mejorando.
En la sociedad actual estamos acostumbrados a vislumbrar los aspectos negativos de las personas y sus errores, en lugar de impulsar y reconocer los logros. Estamos acostumbrados a que es una obligación realizar bien las cosas, es lo que corresponde, por lo tanto, no es algo que se deba destacar.
Aun así, todos los seres humanos necesitamos frases de refuerzo, más aún en el actual mundo laboral tan exigente y competitivo, en donde pasamos la mayor parte de nuestro tiempo, en donde es primordial tener un buen ambiente laboral.
El reconocimiento laboral es una de las fuentes de satisfacción personal más importantes con las que cuentan las personas para sentirse a gusto con su trabajo, y por extensión con su vida. El reconocimiento del trabajo bien hecho y el esfuerzo personal actúa como una fuerza invisible que estimula la satisfacción y el bienestar de los trabajadores, impulsando a todo el equipo hacia una misma e importante meta: el éxito de la empresa.
Por lo tanto, es muy importante saber estimular y reconocer adecuadamente los buenos resultados y logros en el trabajo de las personas, de forma de que el resto de la organización lo veo como ejemplo y quiera seguir mejorando su desempeño. De esta manera, se crea un efecto milimétrico que propiciará un buen ambiente laboral y competencia sana, lo que ayudará a cumplir de manera más eficaz y estable los objetivos de la empresa.
¿Por qué es importante el reconocimiento?
a) Construir mejores relaciones:
Pasamos ocho horas diarias compartiendo con un mismo grupo de personas ¿Es posible abstraerse y no relacionarse con nadie? Muy poco probable. Las relaciones que establecemos en el trabajo son importantes y cuando son buenas, nos reconfortan. Apoyarse entre compañeros, ofrecer y recibir ayuda, realizar críticas constructivas y reconocer los logros, son acciones que potencian esos vínculos y los vuelven valiosos.
b) Todos buscamos trabajar tranquilos:
La incertidumbre e inseguridad nunca nos permiten estar en paz. Si todo el tiempo tienes dudas sobre tu rendimiento o sientes que no tienes a quién recurrir para resolver alguna exigencia del trabajo, de alguna forma eso influirá en tu estado de ánimo e incluso puede llevar a generar estrés o problemas para dormir. ¿Queremos eso? Probablemente no, entonces ayudemos a construir cada día ambientes de confianza y cooperación que nos favorezcan a todos.
c) Crecer profesional y personalmente:
Cuando se reconocen nuestras fortalezas, se nos imponen nuevos desafíos y sentimos que hay retribución con el trabajo que realizamos, crecemos profesional y laboralmente. Aprendemos a conocernos, a saber qué aspectos debemos reforzar y en qué somos buenos, lo que es un aprendizaje que pareciera tener que ver sólo con lo laboral, pero lo cierto es que nos sirve para enfrentar otros aspectos de nuestra vida con una mirada distinta.
De esta manera las críticas y los reconocimientos no sólo deben pensar en los resultados de una empresa sino también en las personas, ya que la motivación, el autoestima y la seguridad son fundamental en calidad de vida de las personas, tanto en su ámbito personal como laboral.
Las diversas formas de reconocimiento en la empresa
Reconocer el trabajo bien hecho sirve de muy poco sino se comunica y se hace saber tanto al empleado o empleados responsables de esa tarea excelente, como al resto de la organización. Para hacer visible el reconocimiento se pueden utilizar diversas estrategias.
1) Los incentivos monetarios
Premiar los esfuerzos de los trabajadores con un aumento de sueldo o en forma de bonos u otros incentivos monetarios es la forma de reconocimiento que más rápidamente nos viene a la cabeza. Sin duda, puede ofrecer buenos resultados en forma de satisfacción de los empleados y elemento de motivación para seguir esforzándose. Sin embargo, no se debe utilizar este método en solitario, puesto que si no va a acompañado de otras acciones y gestos, acaba perdiendo eficacia y puede volverse incluso contraproducente.
2) Reconocimientos verbales y gestos
Siempre que sean sinceros, los reconocimientos públicos en forma de comentarios y hasta la típica «palmadita en la espalda» suelen ser muy bien recibidos por los empleados, ya que elevan su autoestima, se sienten respetados por compañeros y superiores y tienen la seguridad de que sus esfuerzos no caen en saco roto, puesto que se transforman en visibles para los demás. Otra manera de realizar esta tarea puede ser también mediante una premiación o un regalo del empleado del mes, por medio de una giftcard o un galvano con un mensaje propicio a los logros obtenidos.
3) Recompensar las buenas ideas
No se deben valorar únicamente los hechos tangibles y ya consumados, como un aumento de las ventas. También hay que escuchar, valorar y recompensar las buenas ideas, los proyectos de futuro que, aunque no sean una realidad hoy en día, pueden servir más adelante para hacer crecer la empresa, afianzarla en el mercado o hacerle ganar enteros frente a la competencia.
4) Recompensar los fracasos productivos
A veces las cosas no salen como se esperaban, pero no por ello deben dejar de recompensarse. Los esfuerzos de los empleados, aunque sea en proyectos fallidos, deben también reconocerse, intentado que tenga una utilidad en el futuro.
5) Facilitar la promoción
Un empleado que no ve posibilidades reales de promoción en la empresa nunca se sentirá verdaderamente reconocido. Por ello es muy importante valorar la antigüedad del empleado y su fidelidad de la empresa, favoreciendo los ascensos y la promoción dentro de la jerarquía de la organización.
La implantación de una cultura de reconocimiento en la empresa puede ser de gran utilidad para bajar los costos laborales, retener a los mejores talentos, reducir el absentismo, aumentar la productividad, elevar el compromiso del personal y lograr una sólida y sostenible ventaja competitiva.
Vale la pena intentarlo ¿no crees?